Cómo escoger el vino en verano
El calor, el verano, los mediodías sofocantes, las noches cálidas y divertidas no tienen por qué apartarnos del vino. El secreto es saber qué escoger en cada momento y en MásQMenos, este año, te lo ponemos más fácil que nunca, porque hemos ampliado nuestra gama de vinos a botellas o a copas.
Pero ¿cómo decidirnos por un vino u otro? Posiblemente creas que tienes la respuesta más fácil: un vino blanco bien frío es ideal para el verano. Efectivamente, son los que más apetecen, pero no son los únicos con los que disfrutar de nuestra cocina.
Independientemente de la climatología y del estado de ánimo, en esta época estival a la hora de elegir el vino debemos tener en cuenta qué tipo de cena o de comida vamos a tomar. Si son platos ligeros, nada copiosos, lo mejor es optar por caldos de la tierra suaves, ligeros y frescos.
Ya sean tintos, rosados o blancos, lo mejor son vinos jóvenes, puesto que vinos más densos podrían estropearnos la velada al ser demasiado intensos en comparación con los alimentos que ingerimos. Los afrutados, por ejemplo, en estas épocas son ideales, sea cual sea su Denominación de Origen o su tipo de uva.
Si con estas pistas aún dudas, aquí te damos más señas
- Para conservas de pescado y salazones (salmón, sardinas y anchoas, boquerones y ahumados), al contener algo más de sal, combinan muy bien con un vino espumoso seco o incluso con un blanco semidulce.
- Con el gazpacho, un cava o un rosado conjugará a la perfección.
- A las croquetas, buñuelos y frituras les va pero que muy bien los blancos con algo de barrica; mientras que a las verduras un blanco más seco.
- Para el pollo y otras carnes magras, lo mejor que puedes escoger es un vino rosado, o un tinto joven y ligero. Mientras si las carnes son rojas, atrévete con un tinto con más cuerpo y crianza.
- Para los quesos, y pese a las creencias más extendidas, no es el tinto su mejor maridaje. Cada queso tiene su harmonía, pero más genéricamente, podemos decir que a los quesos les va, y mucho, los blancos con algo de armonía. Eso sí, si lo que más te gusta es el queso curado, no lo dudes, un Rioja es su compañero “natural”.
Al final, como gran parte de lo referente al vino (y muchas otras cosas…), todo esto no es más que una cuestión de gustos. Lo que sí queda claro es que en verano no tenemos que temerles al vino.